Pero lo que es necedad para el uno es sabiduría para el otro. En la congregación de Corinto había tanto judíos como griegos que habían descubierto que el evangelio, que una vez habían rechazado como una ofensa o descartado como necedad, en realidad era el poder y la sabiduría de Dios. ¡Qué cambio tan sorprendente! Solamente el Espíritu Santo, que llama a los hombres, a las mujeres y a los niños a la fe, puede hacer esa clase de milagros. En el reino de Dios todo está al revés. Dios prueba que es
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